Hoy les traigo una receta de esas
que, aunque bastante sencillas, nunca fallan, siempre gustan y podemos
variarles el sabor a nuestro antojo :D
En el mundo de los queques (perdón…
bizcochos) podemos encontrarnos con muchísimas variedades, distintas formas de
elaborarlos, diferentes ingredientes que intervienen...
Yo ya les he hablado del queque
infalible que mi madre prepara como una vez cada semana (dos si una servidora
está en casa :P), siempre de diferentes sabores, pero nunca alterando el orden
de la preparación, sino haciéndolo como a ella mejor se le da ^^
Nunca he podido recrearlo al 100%
tal cual ella lo hace, pero sí que he probado con otras variedades de bizcocho
empleando diferentes técnicas: blanqueando yemas, montando claras, emulsionando
el aceite y el azúcar con los huevos, usando mantequilla montada con azúcar…
Y en mi afán de curiosidad y de
querer probar cosas nuevas, me topé con esta receta del libro de “Bizcochos, de
webos fritos” (muy recomendado, por cierto) y en el que me llamó la atención la
facilidad de preparación, así como el aspecto final.
Así que aquí está una servidora
intentando hacer algo más feliz al mundo con un humilde bizcocho que, espero,
les guste muchos, tanto hacerlo como degustarlo ;)
Bizcocho de nata (Receta del
libro “Bizcochos, de webos fritos”)
Ingredientes
-
200g de nata para montar bien fría (mínimo 35%
m.g.)
-
200g de azúcar blanco
-
3 huevos (separaremos yemas de claras)
-
250g de harina
-
12g de levadura química
-
¼ cucharadita de sal fina
-
Aromatizantes: ralladura de piel de limón o
naranja, esencia de vainilla, canela, jengibre…
-
Azúcar glass para decorar (opcional, pero queda
muy “cuqui” si lo haces :P)
Preparación
En primer lugar, separamos las
claras de las yemas, dejando las primeras en un bol aparte, porque luego las
montaremos.
Por otro lado, pondremos toda la
nata con el azúcar en un bol que tendremos en el congelador durante unos 15
minutos para que esté bien frío, y batimos con las varillas eléctricas durante
5 minutos hasta conseguir una especie de crema; es decir, que la nata esté
semimontada.
Le agregamos a este preparado las
yemas y el aromatizante (en mi caso, empleé la ralladura de una buena naranja
junto con una mínima pizca de canela). Batimos de nuevo hasta integrarlo.
Tamizamos la harina junto con la levadura
en el mismo bol de la nata y mezclamos con ayuda de una cuchara de palo o
lengua hasta justo incorporarlo. Nos quedará una masa bastante espesa, pero no
se me tiren de los pelos: debe quedar así ;)
¿Se acuerdan de las claras que
separamos al principio? Pues le vamos a agregar la sal de la lista de los
ingredientes y las montaremos hasta que estén firmes. Las añadimos a la mezcla
anterior e integramos con movimientos envolventes para no perder el aire.
Nos quedará una masa menos espesa,
lisa y con muy buena pinta ^.^
Y ya, por último, solo nos queda
ponerlo en un molde (desmontable o no) engrasado y meterlo al horno a 175ºC
durante unos 35 – 40 minutos.
Si vemos que han pasado los
primeros 25 minutos y nuestro bizcocho está muy dorado en la parte superior, lo
cubrimos con papel de aluminio hasta que pase el tiempo indicado y esté bien
cocido.
Lo sacamos del horno cuando esté
hecho, lo dejamos entibiar y desmoldamos.
Cuando esté frío del todo,
podemos espolvorearlo con azúcar glass ayudándonos de un colador.
Y ya solo nos queda degustar este
esponjosísimo y delicioso bizcocho mojado en leche calentita ^^
La verdad que, a pesar de ser una
receta no muy complicada, sorprende el resultado, tanto por lo esponjoso del
bizcocho en sí, como por lo jugoso que queda por dentro :)
Espero que les haya gustado esta
receta muchísimo y anímense a prepararla, que vale la pena ^^
Un abrazo muy dulce,
Cris G.
Pero ¡¡¡Crissss!!!! ¡¡Qué pinta espectacular que tiene tu bizcocho!!! ¡¡Me está entrando un hambre!!! jajaajaj. Si está la mitad de bueno que la pinta que tiene...ummmm...Besos. MJ.
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